uno de los mejores cirujanos del mundo y su técnica mínimamente invasiva en las intervenciones torácicas ha revolucionado la medicina. Pero cuando era pequeño no soñaba con bisturíes sino con triunfar en el Liceo como hacía su entrenador Daniel Martinazzo y recorría todos los días sobre los patines el camino entre el Orzán y San Amaro para ir a entrenar. La vida le llevó por un camino diferente, aunque deporte y cirugía tienen muchos puntos en común.

“La persistencia es la clave del éxito, en el deporte, en la vida y en la medicina, sobre todo en la cirugía”